Gloria Naveillán, vocera de una asociación de agricultores y también integrante de la Asociación por la Paz y la Reconciliación por La Araucanía (APRA), tiene un historial de declaraciones públicas abiertamente en contra de los comuneros mapuche, como cuando tildó a Camilo Catrillanca como un “maldito delincuente”. Precisamente esas declaraciones sin pruebas, la llevará a enfrentar próximamente un juicio por una querella presentada por un werken de una comunidad al que acusó de quemar maquinarias el año pasado. Simpatizante de José Antonio Kast y ex candidata a diputada por la UDI, Naveillán ha construido su carrera de agitadora denostando al pueblo Mapuche.
“Ya señores. ¿Cuántos levantan la mano para ir? De aquí a las 12, nos juntamos en la plaza. ¿Cuántos levantan la mano? A las 12:15 en la plaza. Necesito saber con cuántos contamos, porque no vamos a ir diez huevones, porque nos van a sacar la cresta”, manifestó Gloria Naveillán previo a que se desatara la ola racista que terminó con mapuches heridos por un grupo de civiles.
Cuando el fin de semana se difundió ese audio enviado por la vocera de la Asociación de Agricultores de Malleco, convocando a desalojar con palos a los comuneros que se mantenían en la municipalidad de Curacautín exigiendo respuesta del gobierno por los 27 presos en huelga de hambre, muchos recordaron su historial de reiterados discursos racistas y de odio en contra del pueblo mapuche.
Una comunidad en particular lo recordó. En abril del año pasado dos maquinarias forestales fueron quemadas en la propiedad de Gerardo Cerda, empresario y prestador de servicios agrícolas, en la comuna de Collipulli. Naveillán de inmediato salió a condenar lo ocurrido en su calidad de vocera de los agricultores de Malleco. Mediante un audio difundido por la cuenta de Facebook de la Asociación de Paz y Reconciliación de La Araucanía (APRA), culpó de estos hechos al werken (vocero) de la comunidad mapuche Antonio Panitru, de Bajo Malleco, Adán Huentecol.
“La persona que amenazó a Gerardo Cerda de que le iba a quemar las máquinas tiene nombre y apellido: se llama Adán Huentecol y pertenece a la comunidad Loncomahuida. Por lo tanto, todo indica que esta persona es la que cometió el atentado o, por lo menos, debe estar relacionada porque él hizo las amenazas”, manifestó Naveillán. El video posteriormente fue bajado de las redes sociales. También llamaba a que Huentecol fuera detenido por Carabineros.
Esa noche, sin embargo, Huentecol cuenta a El Desconcierto que estuvo con su esposa y sus tres hijos pequeños en la comunidad. Se enteró de lo que estaba pasando en las redes a la mañana siguiente cuando le fueron a avisar directo a la casa. Le causó sorpresa, pero, sobre todo, indignación.
“Llegó un peñi a mi casa y me dijo mira lo que está pasando, se está divulgando tu nombre. Claro, ahí me mostró un video donde me nombraba a mí”, insiste. “Ella la tiró así no más, sin siquiera existir una denuncia. Acá durante mucho tiempo han operado los montajes y siempre hemos denunciado eso. Ha sido cotidiano hacer acusaciones de este tipo para encarcelar mapuche. Es como normal en la zona, opera así esta gente. Es la pega sucia que hacen los agitadores en contra de nosotros”, explica Huentecol.
Esas declaraciones, completamente infundadas para el comunero, motivaron la presentación de una querella por el delito de calumnias graves. El 30 de abril, la abogada Isabel Figueroa, en representación del werken interpuso esta acción en el tribunal de Collipulli por las consecuencias que generó tanto para él como para su familia. Naveillán al comienzo de este proceso no se presentó a las audiencias, pero luego asistió reconociendo sus dichos, aunque no llevó de testigo al empresario que supuestamente había involucrado a Huentecol.
“Toda la comunidad ha estado muy dispuesta a poder hacer algo en contra de ella porque no es la primera vez que ha estado hablando contra los mapuches porque es súper racista. Todos encontraron bien presentar la querella porque anda diciendo cosas que no corresponden”, manifiesta Figueroa.
El juicio estaría próximo a comenzar, pero desde la comunidad lamentan que se cambiara el tribunal a Santiago, el lugar desde donde Naveillán hizo estas declaraciones, y ya no esté en Collipulli donde se manejan más acabadamente los antecedentes por el conflicto mapuche.
Este es el video completo:
Dichos por Catrillanca
Este no ha sido el único episodio protagonizado por la vocera del APRA, gremio que hoy está presidido por Francisco Alanis Porcella, uno de los empresarios más conocidos e influyentes de la región y, además, ex suegro de Martín Pradenas Durr, el principal acusado de abuso sexual reiterado y violación contra cinco jóvenes, entre ellas Antonia Barra.
En noviembre de 2018, luego del asesinato del comunero Camilo Catrillanca, baleado por la espalda por miembros del ‘Comando Jungla’ de Fuerzas Especiales, se conoció un audio donde Naveillán justificó el actuar policial y, además, lo trató de “maldito delincuente”.
“No es un homicidio, es una muerte que se produjo en un procedimiento policial, donde está absolutamente establecida la forma como ocurrió el tema. Eso está en la investigación y en su minuto va a salir a la luz como fue”, indicó la dirigenta, pese a que las investigaciones periodísticas revelaron una serie de irregularidades en el procedimiento realizado por los efectivos policiales en Temucuicui, y que su versión entregada intentó ocultar los hechos, según se mostró en grabaciones posteriores.
“En el caso Catrillanca el gobierno cometió un pecado mortal, que fue quitarle el piso a Carabineros absolutamente (…) se equivocó medio a medio en las decisiones que tomó respecto de Carabineros, porque les quitó el piso y los dejó sin posibilidades de actuar de manera segura como debía ser”, comentó en esa oportunidad a Cooperativa. También exigió al gobierno darles protección como agricultores de la zona y que asegurara el respeto a la institución uniformada que “los defendía en la calle y en los campos”.
Hoy el padre de Camilo, Marcelo Catrillanca, expresa que fueron comentarios muy graves para la familia porque incitaron al odio tratando de involucrar sin pruebas a gente. “Habló mal de Camilo y de nosotros, su familia, y hoy sigue incitando a la violencia. Ella no ha dicho nada después de eso. Hay mucho mapuche que involucra cada vez que sale con declaraciones”, sostiene a El Desconcierto.
Vínculos políticos y económicos
Dos años antes de la muerte de Catrillanca, Naveillán lanzó su candidatura para desempeñarse como diputada por la UDI por el distrito 22 que comprende las comunas de la provincia de Malleco y de Cautín, en la región de La Araucanía. Entonces, recibió el férreo apoyo de los gremialistas Jacqueline Van Rysselberghe y Juan Antonio Coloma. Pero la candidata ligada a la ultraderecha no tuvo éxito y perdió las elecciones. Según recogió El Mostrador, para esa campaña recibió $5.481.398 como aporte privado según el Consejo para la Transparencia.
Su intento por incorporarse a la carrera política no quedó ahí. Un año después asesoró a la diputada UDI Carmen Gloria Aravena, pese a marcar sus diferencias políticas con ella y con el partido que representaba. “Ellos tienen un perfil políticamente correcto, y yo no”, aclaró. Como parte de su currículum, trabajó en la gobernación de Malleco durante el primer año de la primera administración de Sebastián Piñera.
Pese a sus afinidades políticas, ha negado haber trabajado con el ex candidato presidencial José Antonio Kast, según lo informó El Mostrador, pero ha reconocido su simpatía por él. Se denomina, además, defensora de la dictadura de Augusto Pinochet y ha destacado “el orden con el que se entregó el país”. “Admiré su trabajo en la economía. La gente joven no sabe que en los 70 Chile era muy diferente. Había bolsones de pobreza, te podías comprar un jeans, pero de una sola marca. Entregó el país por un camino correcto, hizo un proceso democrático“, ha expresado.
Desde APRA se ha mantenido con un fuerte protagonismo comunicacional, desacreditando al movimiento mapuche y sus luchas históricas. Además, se la acusa de usar al organismo como un ‘trampolín’ político. “Uno entiende que es una situación parecida a lo que hacía Alberto Espina como para partir su carrera política, la mayoría empieza así, a costa de los mapuche para empezar a escalar. Usan el pretexto de la violencia y el terrorismo. O sea, somos como la escuela de ellos para aspirar al poder político”, opina el werken Adan Huentecol.
Ultraderecha y racismo
Los hechos de violencia se han convertido en acciones sistemáticas por parte de grupos que llaman ‘a la paz’ y a la ‘no violencia’. Fernando Pairicán, historiador mapuche, explica que estos grupos de agricultores, latifundistas, que hoy han actuado en contra del pueblo mapuche tienen una dinámica más o menos común donde la violencia forma parte de su repertorio. Para él se trata de una contraofensiva en respuesta a los movimientos que buscan revertir el racismo.
“Se relaciona además al crecimiento que ha tenido el movimiento mapuche, es una respuesta a su hegemonía, a su apoyo. Esa contraofensiva no es solo nacional, es continental. Se observa muy bien en las críticas hacia el gobierno de Evo Morales, por ejemplo, de sectores más conservadores. Latinoamérica es un continente que se ha construido en torno a la violencia racial y los orígenes de la hacienda está en los trabajos racializados hacia el mundo indígena. Los latifundios se sobreponen a las propiedades indígenas”, explica.
El fenómeno del racismo en América Latina, continúa, define un componente histórico que está muy asociado a la empresa de conquista y luego a su regeneración. Esa dinámica generó un componente racial y patriarcal muy fuerte. A eso han respondido los descendientes de esos primeros latifundistas que, asegura, se niegan a avanzar en cuanto a los derechos. “Lo que está en discusión acá no es solamente la libertad de los presos políticos, sino que los derechos colectivos que ellos representan y esos derechos van en desmedro de la propiedad agraria que tienen ellos en su poder y también en la economía”, asegura.
Y sobre esto agrega que es importante ver la respuesta condenatoria de la población hacia estos hechos de violencia. “Si bien hay un componente racial hacia la población indígena, hay otra parte de la población chilena que se ha mostrado crítica a esto y eso es bueno también plantearlo. Los discursos de odio no son bien vistos en ninguna democracia, ni en este país”, finaliza.
Fuente: El Desconcierto