En medio de la crisis sanitaria por la Covid-19, a principios de junio la comunidad de Caimanes ha levantado un recurso de protección por la contaminación del aire que respiran 1.500 habitantes que viven aguas abajo de uno de los tranques de relaves más grande de Sudamérica y desde donde ven cómo emerge un polvo amarillento que se asienta sobre el pueblo. Durante estos 20 años han debido enfrentar el costo del «desarrollo» y el estrés, ante el inminente colapso de El Mauro, fue cuántificado en un estudio. Álvaro Badillo, presidente del Comité de Defensa Caimanes, relata que el 6 y 7 de mayo fueron días críticos, el pueblo se nubló con polvo de relave: roca molida, cristales de cuarzo, arsénico, plomo, mercurio y molibdeno entre otros minerales en suspensión.

Por Loreto Contreras y María José Herrera

El Mauro era un territorio de gran riqueza natural, un bosque relicto de canelos, fuentes de agua, más de 140 sitios arqueológicos y todo un territorio lleno de memoria histórica que fue cubierto por este tranque de relaves homónimo que constituye el foco de disputa principal con la comunidad de Caimanes, ubicada a 48 kilómetros al interior de la comuna de Los Vilos, provincia del Choapa, región de Coquimbo.

En octubre del 2014 el Tribunal de Los Vilos decretó que el tranque de relaves El Mauro de la Minera Los Pelambres (MLP) correspondía a una obra ruinosa, que atentaba contra los derechos fundamentales de la vida y patrimonio de la comunidad de Caimanes. Luego, en marzo del 2015 la Corte Suprema dictaminó a Antofagasta Minerals del Grupo Luksic, la demolición del muro de contención del tranque de relaves, a fin de permitir el escurrimiento natural de las aguas del estero Pupío a la comunidad de Caimanes, libres de contaminación de desechos provenientes del tranque minero, ya que esta fuente de agua se encuentra apresada por más de 1.700 millones de toneladas de relaves.

Ante este fallo histórico la comunidad sentía que había ganado y que se había hecho justicia. Sin embargo, de forma sorpresiva el fallo fue revocado y la minera continuó con el funcionamiento del tranque de relaves hasta el día de hoy. Este suceso estuvo marcado de múltiples negociaciones y traiciones, en las que se vieron involucrados los abogados que entonces defendían a Caimanes[1].

Relave Los Pelambres

Durante estas décadas de lucha han realizado denuncias por contaminación del agua de consumo como consecuencia del funcionamiento del tranque. Si bien han existido informes desde la misma minera indicando que el agua que consume la población de Caimanes no se encuentra contaminada, existen otros estudios que evidencian lo contrario[2]. No obstante, es un hecho que la mayoría de la población actualmente compra agua envasada, aunque continúan existiendo algunos hogares que consumen agua de la llave, tanto por desconocimiento como también por el incremento del gasto económico que implica la compra de agua embotellada.

También existen estudios que establecen que el tranque de relaves corre peligro de colapsar ante un sismo superior a 7.5 grados Richter. Asimismo, su construcción y funcionamiento produjo graves consecuencias ambientales, también patrimoniales por la destrucción de los sitios arqueológicos; considerando que esta zona presenta las mayores reservas de agua para la región de Coquimbo.

El agua utilizada para todas las actividades de los pueblos tranque abajo, como es el caso de Caimanes, Tilama, entre otros, provenía de las napas subterráneas que nacen del estero del Pupío, fuente directamente perjudicada por la instalación del tranque que quedaron sepultadas[3].

Ahora nuevamente la comunidad vuelve a denunciar los perjuicios que viven cotidianamente debido a la gran minería, no sólo el agua es contaminada sino que también el aire. Esta actividad extractiva los ha forzado a reconfigurar su economía tradicional que antes estaba sustentada en la agricultura a baja escala, actividades pirquineras, crianza de cabras y de otros animales, como también el comercio de distintos productos, ya que Caimanes es el nodo de distintas comunidades vecinas con menor cantidad de habitantes y servicios, como El Naranjo, El Romero y el ex-fundo El Mauro.

Cuerpos que hablan

En pleno conflicto entre Caimanes y MLP, durante el 2013, 2014 y luego, el 2016, se realizó el estudio Las Cinco Grandes Dimensiones de la Personalidad y Estrés Fisiológico Crónico en una Población Rural Chilena con Escasez y Contaminación del Agua, que buscó medir el estrés fisiológico crónico de las personas de Caimanes, como localidad foco, además de incorporar a personas de localidades como Tilama, Huentelauquén y Santiago a modo de comparación.

María José Herrera, antropóloga física, magíster en ciencias biológicas y autora del estudio, menciona que «Es preciso apuntar que el estrés fisiológico no es posible asociarlo directamente a un agente estresor, es decir, una persona que arroja altos valores de la hormona cortisol, marcador de estrés fisiológico, podría padecer dicho estrés debido a un suceso traumático o a muchos factores que están actuando a la vez».

Sin embargo, a modo de complemento, este estudio exploratorio incluyó los relatos de habitantes de Caimanes obtenidos a través de entrevistas en profundidad. Así, la mayoría de los habitantes recalcaron que era una preocupación constante el tranque de relaves, ya que el colapso de éste derramaría el contenido sobre el pueblo, teniendo sólo unos minutos para escapar.

La disponibilidad del agua, tanto la escasez como una posible contaminación, es otro motivo de preocupación para la mayoría de las personas entrevistadas y, especialmente, para quienes poseen animales. Tras años de visitar la comunidad, la investigadora considera que es evidente lo insostenible que es tener animales y, por tanto, la crianza de cabras y la producción de queso en muchas localidades está quedando, forzosamente, como una actividad del pasado.

Cabe agregar que una de las consecuencias sociales más graves constatadas en las entrevistas es la desarticulación interna de la comunidad, debido a las negociaciones que ha promovido la MLP con Caimanes. Esto ha producido una separación entre los caimaninos/as, rompiendo con una organización comunitaria y con las confianzas entre las personas. De esta manera, en las diversas entrevistas realizadas, una de las declaraciones transversales fue la desazón expresada por los y las participantes al experimentar que con la llegada de la minera se produjo un quiebre en las relaciones sociales entre vecinos/as e, incluso, entre familiares.

En cuanto a los resultados sobre el estrés fisiológico crónico, se obtuvieron resultados significativos: la población de Caimanes y la de Tilama, ubicada a unos pocos kilómetros al sur de Caimanes, arrojaron altos valores para la hormona de cortisol en comparación a Huentelauquén y Santiago.

Se realizaron dos pruebas de análisis de cortisol para constatar estos resultados que fueron presentados en la IV Reunión Anual de la Sociedad Chilena de Antropología Biológica (SOCHIAB) en octubre de 2017.

El primer análisis se hizo el 2014, obteniendo resultados similares para Caimanes y Tilama (N= 88), por lo que se agruparon para compararlos con la muestra santiaguina (N= 19). La concentración de cortisol que se obtuvo para la muestra de Caimanes-Tilama fue de 372,11 ng/g., mientras que para la muestra control de Santiago el nivel de cortisol fue de 67,57 ng/g.

Figura 1. Diagrama de caja y bigotes que exhibe los niveles de cortisol en relación al lugar y al sexo de los participantes.

Al observar los altos valores de cortisol obtenidos en el primer análisis se realizó una segunda prueba durante el año 2016. Esta vez se comparó el grupo de Caimanes-Tilama (N= 79) con participantes de la localidad de Huentelauquén (N= 40), dado que presentan características sociodemográficas similares, es decir, ambas localidades corresponden a zonas rurales, presentan un nivel educacional similar, al igual que el ingreso mensual por familia, las actividades económicas, entre otras.

Igualmente, en esta segunda prueba se obtuvo para Caimanes un alto valor promedio de la hormona de cortisol (198,24 ng/g), mientras que para Huentelauquén se obtuvo un valor de cortisol de 56,48 ng/g.

Figura 2. Diagrama de caja y bigotes. Valores de cortisol de Caimanes y Huentelauquén separados por el sexo de los participantes.

Como enfatizó la investigadora anteriormente, no es posible asociar estos valores que indican un alto estrés fisiológico padecido por los habitantes de Caimanes con un agente estresor en particular. Pero es llamativa la gran diferencia presentada con Santiago y Huentelauquén; indudablemente, el estrés fisiológico crónico es alto en Caimanes. Por lo que es posible decir, a modo de hipótesis[4], que este alto estrés puede tener relación con factores asociados a las condiciones sociales y psicológicas de los participantes. Si se consideran los relatos de los participantes, sin duda existe un antes y un después en sus vidas sociales, personales y en el medioambiente desde la llegada de la MLP.

Contaminación eventualmente permanente

A la fecha la comunidad de Caimanes ha sostenido reuniones con representantes de la MLP, con el gobernador de la provincia del Choapa, Juan Pablo Gálvez Lillo, con Višnja Musić, jefa regional de la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) en Coquimbo, la seremi de Medio Ambiente de la región, Claudia Rivera, y el alcalde de la comuna de los Vilos, Manuel Marcarián. En las dos primeras reuniones la minera expuso, en presencia de Gálvez, varios planes para poder mitigar el polvo y comprometerse con dejar subir e inspeccionar a vecinos y comisiones, mas la comunidad declara que no poseen la expertiz para aquello.

Al respecto Álvaro Badillo, presidente del Comité de Defensa Caimanes, menciona que incluso la MLP ha estado regando con helicópteros para combatir incendios. «Es tan grave el asunto, como digo yo, es antinatural dentro de lo poco natural que puede ser la construcción de un tranque de relaves, pero es una medida desesperada para poder humectar la superficie y que no se levante polvo».

Badillo indica que «Como se les escapó de las manos el tema del polvo, a la tercera reunión a la que vino personal de SMA y del seremi de Medioambiente, junto al gobernador provincial y el alcalde, no llegaron representantes de la minera. Y lo que se concluyó, lo que el personal de gobierno entendió, es que evidente la contaminación. Ese día visitaron el tranque para ver cuáles eran las condiciones».

Quedó bastante trabajo por hacer por parte de las autoridades porque hay pocas herramientas para fiscalizar, indica el dirigente. «Los lectores de calidad del aire que hay no están siendo eficientes, no sé si marcan mal o simplemente no marcan nada. Dijeron que los tienen que revisar y si es necesario cambiarlos o mejorarlos, pero evidentemente, a la vista, hay una tremenda nube de polvo y los monitores de calidad del aire no se condicen con lo que vivimos, algo está mal».

La Superintendencia ofreció crear una especie de comisión con cinco vecinos/as de distintas organizaciones para que puedan informar en línea cualquier situación anómala. Además les dijeron que tienen que investigar, repasar la ley que rige a la SMA donde existe la posibilidad de detener, ante eventualidades, la actividad del tranque hasta que no haya una solución, pero solo de forma provisoria.

También existe otra posibilidad. «Debido a esta ‘e-ven-tua-li-dad’, porque para ellos eso es, pese a que esto ya hace muchos años que nos está pasando, ver la factibilidad de modificar la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), eso es un trámite más largo que investigar si ahora ha habido o no contaminación ambiental, pero no es imposible» agrega Badillo.

La comunidad de Caimanes está preocupada y piensan si será posible que el gobierno, a través de estas instituciones, haga algo o simplemente quede en el olvido. Lo que sí saben es que efectivamente hubo contaminación, hubo polvo. Cuánto les afecto, les contaminó y hasta dónde, son preguntas que no se conocen, por lo menos no de manera cuantitativa.

A fines de mayo el Comité de Defensa Caimanes interpuso un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Santiago para conseguir la paralización y resguardar la salud de las personas, recurso al que el diputado comunista Daniel Núñez se hizo parte como acompañante. Pero la Corte capitalina se consideró incompetente porque el problema corresponde a la IV Región, entonces remitió este recurso a la Corte de La Serena. Que no lo hayan hecho inicialmente ahí corresponde a que no confían en dicha institución porque consideran que históricamente ha tomado parte en favor de la minera.

La primera semana de junio la Corte de La Serena declaró inadmisible el recurso de protección porque iba a nombre del Comité y no con los nombres individualizados de los representados por Esteban Vilches, por lo que el abogado tuvo que volver a ingresar el recurso. También se hizo una denuncia en la SMA que ya está al tanto de lo que ocurre en Caimanes.

En varios capítulos de la historia del conflicto socioambiental entre Caimanes y la MLP, ésta última prometió diversos puntos, como mitigar el polvo que emerge del tranque de relaves El Mauro. La comunidad espera que existan contra muestras de la calidad del aire para que se comparen con los valores que entrega la minera, quien arguye que se encuentran dentro de la norma, igual como ocurrió en el pasado con la medición de la calidad del agua.

Sin embargo, caimaninos y caimaninas ya no confían -igual que todo un país-. Se preguntan cómo confiar en mediciones que entrega la misma empresa para cumplir sus objetivos, cómo confiar en autoridades gubernamentales que en esta historia de veinte años de conflicto han sido meros observadores externos.

Cómo confiar en un Estado que los sacrifica y que los reprime con contingente policial, como ocurrió en la toma del camino hacia El Mauro durante el verano del año 2015. Por supuesto, se han violado los derechos humanos de estas personas, pero ya hemos sido testigos que el Estado chileno en democracia lo ha hecho constantemente y, ya sin tapujos, desde octubre del año pasado.

Hoy en día Caimanes debe luchar con todo esto y se suma a ello la amenaza de un virus letal. Si la COVID-19 llega a Caimanes, localidad sin acceso a una salud de calidad y con una vida menoscabada por el extractivismo, es posible que se escriba otro capítulo en esta historia caimanina de victorias y derrotas, lamentablemente, sería el episodio más trágico.

El caso de Caimanes no es único en Chile; los grupos humanos que habitan aquellos territorios que fueron condenados al sacrificio, por la alianza entre el Estado y el gran empresariado, son habitantes que ven perjudicadas sus vidas multidimencionalmente.

La contaminación del medioambiente, por supuesto, genera un perjuicio en la salud de quienes respiran ese aire tóxico o consumen el agua que proviene de fuentes contaminadas por metales pesados. Por tanto, la actividad extractivista motor de la economía de un estado-nación como Chile, no sólo sacrifica un lugar, sino también a las personas que lo habitan y su cultura, es una pandemia a la que grandes poderes hacen vista gorda o derechamente silencian.

Más allá de las enfermedades fisiológicas y psico-sociales que provoca esto, son sacrificados sus modos de vida, sus tradiciones y las relaciones interpersonales. Se ven obligados a cambiar su cotidianeidad para justificar el llamado progreso de un país. Es conocido cómo los megaproyectos generan estos quiebres sociales, cuyas tácticas son desplegadas por equipos de profesionales que conocen a fondo cómo funciona un grupo humano.

La pandemia extractivista se intensifica incluso en tiempos de COVID-19

El Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) publicó un informe sobre ingreso abusivo de proyectos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) en tiempos de pandemia. Pese a que las recomendaciones son el distanciamiento social y existen cuarentenas selectivas, los extractivismos no cesan sino que, muy por el contrario, se busca su intensificación aprovechando el receso forzoso de las movilizaciones sociales, pese a la evidencia de cómo éstas afectan a los territorios y sus habitantes permanentemente y la gravedad que agregaría la COVID-19.

Algunas conclusiones del informe son que «No hay explicación económica en el marco de la pandemia, que justifique el ingreso de más del doble de la cantidad de proyectos, y menos que se haya elevado más de 5 veces la cantidad de inversión» y que » Todas las señales de carácter económico inducirían a pensar lo contrario». Asimismo que «Más allá de que tenemos una institucionalidad ambiental débil y pro-inversión, los empresarios y corporaciones titulares de proyectos, en alianza con las más altas autoridades gubernamentales pretenden aprovechar la coyuntura para terminar despojando al SEIA su cualidad de mecanismo de prevención de los impactos ambientales».

Además reconoce que el reciente «Acuerdo Covid», pactado por Chile Vamos, el PS, la DC y el PPD, «viene a profundizar esto, con la reducción de ‘los plazos en evaluación ambiental de grandes proyectos’, otorgando «certeza jurídica» o con el «silencio positivo» solo aumentan la fragilidad del sistema.

Desde el Observatorio son categóricos al señalar que «El gobierno en conjunto con los empresarios y la clase política, se aprovechan de la pandemia para flexibilizar la normativa ambiental con el argumento de reactivar la economía para enfrentar la crisis, todo esto sin tocar el bolsillo de los empresarios y poniendo en riesgo el bienestar social y ambiental de los territorios, que ya son afectados por la crisis sanitaria, social y económica actual».

Además a nivel planetario, donde Chile no es la excepción, la minería sigue con sus faenas 24/7 pese al riesgo que implica para las y los trabajadores fijos y flotantes, así como para poblaciones locales.

Ante ésto Earthworks (USA), Institute for Policy Studies – Global Economy Program (USA), London Mining Network (UK), MiningWatch Canada, Terra Justa, War on Want (UK) y Yes to Life No to Mining lanzaron a principios de junio el informe ‘Voces desde el territorio: Cómo la industria minera mundial se está beneficiando con la pandemia de COVID-19’.

El informe motivado por «la fuerza que están mostrando las comunidades afectadas por la minería y los pueblos indígenas, en circunstancias cada vez más difíciles», y teniendo en consideración la importancia vital de que las voces territoriales sean escuchadas, identifica cuatro patrones de aprovechamiento.

En él señalan que las compañías mineras han decidido ignorar las amenazas reales de la pandemia y continúan operando, y paralelamente los gobiernos de todo el mundo están adoptando medidas extraordinarias para silenciar las protestas legítimas y promover el sector minero. Asimismo las compañías están usando la pandemia como una oportunidad para lavar sus historiales y presentarse como salvadores con espíritu ciudadano, además del aprovechamiento de las empresas en alianza con los gobiernos para utilizar la crisis y conseguir un cambio de normas que favorezca a la actividad minera, a expensas de los pueblos y el planeta.

Otras Referencias:

Caimanes: injusticia, polvo y megaminería – https://bit.ly/2XKBCaM
Caimanes: Minera Los Pelambres tiene más poder que nuestro propio Estado – https://bit.ly/3hbkm64
La épica de Caimanes: Tres jueces violan la ley y se erigen por sobre la Corte Suprema –  https://bit.ly/2Ydm52l
Impacto: Juez ordena a Los Pelambres demoler el tranque. Antofagasta apelará fallo. (La sentencia) – https://bit.ly/37e7eIU
Caimanes: el pueblo que la minera del Grupo Luksic dejó sin agua – https://bit.ly/2MGLjAL
SMA fiscalizó polución ambiental en Caimanes e inició una investigación – https://bit.ly/37hBov4
Desalojo tensiona conflicto entre habitantes de Caimanes y mina Los Pelambres – https://bit.ly/3cN41Ba

CONTAMINACI»N POR MEGAMINERÍA, ESTRÉS FISIOL»GICO Y COVID-19:

[1]Para profundizar en este conflicto, se sugiere ver Chile se moviliza: Caimaneshttps://bit.ly/3dMukJ5 documental realizado por el CNTV y el canal La Red.

También revisar el Acuerdo Caimanes de la MLP de Antofagasta Minerals – https://bit.ly/2YbnTZA

[2] Tchernitchin y Muñoz 2012. Fuente: Informe Pericial Medioambiental realizado por el Laboratorio de Criminalística Central de la Policía de Investigaciones de Chile (21 de Agosto 2012). En este informe se concluye que existen niveles de metales que superan lo permitido por la norma de Agua Potable en aguas utilizadas para el riego y para el consumo diario. https://bit.ly/30oSdTg

[3] OLCA. Informe Nº 2: Cronología del conflicto – https://bit.ly/2YfwhHx

[4] Se descartaron otros factores de origen biológico que pudieran alterar los valores de la hormona cortisol, como enfermedades, ya que estas variables fueron controladas, excluyendo a las personas que pudieran tener alguna condición de salud que provocara la variación de esta hormona. Por lo tanto, las altas concentraciones de la hormona cortisol en Caimanes sugieren que los individuos que participaron del estudio se encuentran expuestos a condiciones de vida con mayor estrés que las otras poblaciones estudiadas.

Fuente: Resumen

Compartir: