Por Javier Arroyo Olea
La educación es una de las esferas que la emergencia sanitaria, producto del COVID-19, ha establecido como objeto de duras críticas debido a las gestiones adoptadas por las instituciones. Dentro de esta situación, la Universidad de Concepción, al igual que otras casas de estudio, ha adoptado la modalidad de clases online para continuar con el proceso educativo, pero cuya recepción por parte del estudiantado da cuenta de una realidad que, pareciera, no ha sido bien estudiada por parte de la institución, y que ha desembocado en que ocho carreras del campus Concepción y la totalidad del campus Los Ángeles se encuentren actualmente paralizadas.
A partir del 06 de abril, la Universidad de Concepción dio inicio a sus actividades a través de medios digitales. Las clases se realizarían, oficialmente, a través de la plataforma Teams por parte de las y los docentes donde se pudiera interactuar, trabajar y subir material referente a los contenidos. Sin embargo, al poco andar, se hicieron ver diversas fallas y problemas, impidiendo que el proceso de enseñanza-aprendizaje fuera llevadero y significativo.
El parche después de la herida
El desafío de llevar a cabo una educación en esta modalidad es complejo, las y los estudiantes lo tienen claro. Sin embargo, diferente es establecer un trabajo de estas características sin una base mínima previamente consolidada, tornando inviable política alguna debido a su incapacidad material de poder aplicarse.
Para conocer de mejor forma la situación de las y los estudiantes de la U. de Concepción, RESUMEN conversó con Patricia Mancilla, Presidenta de la Mesa Interina de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), quien comentó que si bien Rectoría publicó el listado de las personas beneficiadas con la beca de conectividad, ésta en muchos casos aún no es materializada, dejando a estudiantes sin posibilidad certera de acceder a las clases en un periodo donde la «marcha blanca» ya finalizó. En la misma línea, Patricia explica que mientras «tenemos compañeras y compañeros que no tienen acceso a internet todavía«, existen otras y otros que, pese a contar con internet, no poseen una conexión y/o dispositivos acordes a los requerimientos necesarios para participar de una clase.
Asimismo, la formación de las y los docentes en la modalidad online es un punto relevante de la situación. No todas y todos cuentan con los conocimientos suficientes para realizar una clase de esta índole. Corte inoportuno de las transmisiones de clases, envío de material de estudio sin acompañarlo de una explicación -necesaria en cualquier proceso de aprendizaje- y el desconocimiento en el manejo de la plataforma para siquiera proyectar insumos, dan cuenta de que la Universidad, plantea Mancilla, «no tuvo la capacidad de entregar una capacitación completa a todas y todos los docentes«.
Rebaja de aranceles e infraestructura: puntos clave de las demandas
En este marco es que se comenzaron a generar -pese a las distancias territoriales- espacios de reflexión dentro del estudiantado. A través de plataformas digitales y la realización del Consejo General de Estudiantes (CGE), diferentes carreras han planteado las problemáticas que se han presentado durante las últimas semanas.
Si bien se tiene en cuenta que tanto estudiantes como docentes están intentando acomodarse y aprender sobre la marcha, Patricia Mancilla es clara en declarar que «la Universidad tendría que haberse preocupado, antes de dar una fecha de inicio de clases, de que todas y todos iban a tener conexión a internet e iban a poder entrar a las clases, ver su material, que la plataforma funcione bien y que las y los docentes estén capacitados«, análisis que se ha levantado en el mismo CGE.
A partir de esta situación, ocho carreras del campus Concepción han decidido paralizar sus actividades: Agronomía, Licenciatura en Artes, Psicología, Administración Pública y Ciencia Política, Pedagogía en Matemáticas, Pedagogía en Música, Pedagogía en Educación Física y Bachillerato.
Mientras tanto, en el campus Los Ángeles todas las carreras se encuentran paralizadas, cuestión que se mantiene luego de que la Federación de la sede cortara comunicación con la Dirección debido a la negación pública de acuerdos que fueron tomados por ambas partes, por lo que sólo negociarían directamente con Rectoría, quienes aún no les han contestado.
De esta forma, todas las carreras comparten la demanda de falta de infraestructura (conexión y dispositivos) y la necesidad de una rebaja del arancel. Respecto a este último punto, de parte de la Mesa Interina de la FEC – campus Concepción se asegura que Rectoría se encuentra cobrando el arancel completo, donde el mes de mayo es una fecha límite para realizar pagos sobre este ítem, obviando que la situación de las y los estudiantes -como también de sus familias- no se encuentra en las condiciones básicas para poder llevarlo a cabo.
Puntos de consideración y proyecciones
Son diferentes puntos los que presenta el estudiantado apuntando directamente a la calidad de la educación que se está entregando y construyendo en los diferentes campus, donde los problemas y demandas ya son transversales.
Durante los próximos días y semanas, Patricia declaró que «se va a trabajar en poder agitar y entregar más información de estas demandas en todas las carreras«, lo cual se proyectaría hacia una paralización general de las y los estudiantes.
Finalizó reflexionando que «llevamos años luchando por un sistema educativo distinto, para que hoy venga la Universidad y nos exponga un sistema que no está funcionando para nada y que, si bien hay compañeros que nos conectamos a clases, la calidad es pésima y obtendríamos un título en base a nada. Entendemos, obviamente, el contexto de emergencia sanitaria mundial que estamos pasando, pero no por eso las Universidades tienen que seguir llenándose los bolsillos ni tomando las mismas lógicas que ha tomado el gobierno de Piñera«.