Hasta la madrugada de hoy el machi esperó abrir una negociación con el gobierno que implique abordar los mecanismos mediante los cuales Chile implementará el Convenio 169 de la OIT, pero solo obtuvo un permiso por 48 horas para visitar su rewe, lo que consideró insuficiente como para deponer la huelga.
“Debo entregarle mi último mensaje a sólo horas de iniciar la huelga seca, como una forma de lograr mi descanso físico en esta tierra, siendo consciente que mi vida continuará reiniciado en la otra dimensión de la existencia […] pero como aquel gobernante no tiene suficiente sabiduría en resolver los distintos conflictos sociales, por no estar a la altura, finalmente me matará”. Estas son algunas de las palabras del machi Celestino Córdova difundidas por su vocería a través de un audio desde el Hospital de Nueva Imperial.
La decisión de Córdova surge en los días más críticos de su protesta. Esta semana la segunda sala de la Corte Suprema rechazó el recurso de amparo a favor de Celestino Córdova, que solicitaba cumplir parte de su condena en arresto domiciliario en su rewe por un periodo de seis meses. La defensa apelaba al Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, tratado internacional ratificado por Chile en septiembre del año 2008, y que entró en vigencia el 15 de septiembre del año 2009.
El machi cumple una pena de 18 años de presidio en la cárcel de Temuco por el crimen del matrimonio Luchsinger Mackay -en el que su vocería reclama inocencia- y hoy cumple su sexta huelga de hambre desde que fue encarcelado el año 2014.
Luego del rechazo del máximo tribunal, las voceras del machi- Cristina Romo y Giovanna Tafilo- informaron que Córdova otorgaría 24 horas al Gobierno de Chile para “dar solución a todo el petitorio de todos los presos políticos mapuche, para no comenzar aún una huelga seca”, dejando la solución del conflicto en manos del gobierno, en particular del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín.
INTERFERENCIA contactó al Ministerio, pues los mapuche en huelga desde el comienzo de la protesta han solicitado la interlocución de Larraín para evitar una gran crisis si es que Celestino Córdova u otros presos llegan a morir.
“Por ahora no hay declaraciones. En cuanto tengamos algo que informar por parte del Ministerio, avisaremos. Nada que informar por ahora”, indicaron desde comunicaciones del Ministerio a las 17:25 horas del viernes 15 de agosto. Además, se denegó la posibilidad de hablar con el ministro Larraín.
Cabe recordar que el principal acercamiento del gobierno ocurrió el jueves 9 de julio en la Comisión de Derechos Humanos del Senado, cuando se realizó una sesión para “conocer la situación de los presos mapuche recluidos en la cárcel de Angol y del machi Celestino Córdova, en la cárcel de Temuco”. En la instancia participaron el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Hernán Larraín: la subsecretaría de Derechos Humanos Lorena Recabarren y el subsecretario de Justicia, Sebastián Valenzuela.
En la ocasión el diálogo no fue fructifero, pues el ministro insistió en que dialoguen con Gendarmería. Así y todo, según La Segunda el propio Larraín abrió un diálogo «reservado» con los presos de Angol el domingo pasado, hechos que son desmentidos desde las vocerías de los huelguistas.
En la misma jornada, se realizaron diversas protestas en apoyo a la huelga. En Santiago, un grupo de personas llegó este viernes hasta la Plaza Dignidad con cacerolas y lienzos en apoyo a la causa mapuche. Mientras en la región de La Araucanía se registraron distintas manifestaciones. Una delegación de Galvarino llegó al campamento que está ubicado en las afuera la cárcel de Angol en apoyo a los ocho huelguistas, quienes también superaron los 100 días de ayuno. Además denunciaron que unos de los werken (vocero) de los presos, Daniel Melinao fue detenido por carabineros de civil.
El inicio de la huelga seca
Durante la noche del viernes, las voceras del machi Celestino Córdova anunciaron que le daban al Gobierno dos horas más de plazo a partir de la medianoche para poder resolver la situación, antes de que comience con una huelga seca. A su vez, informaron que Córdova está en la Unidad de Cuidados Intensivos, pues sufrió un «síncope convulsivo» y que había perdido casi la totalidad de su masa muscular.
Cerca de las 23:00 horas, el ministerio de Justicia y Derechos Humanos, envió un comunicado de prensa, sin la firma del titular, Hernán Larraín, en el cual informaba que no accedía a la petición del machi.
“Se le transmitió directamente la posibilidad de que, una vez hubiera depuesta su huelga de hambre y recuperado de su salud, pudiera acudir a renovar su rehue [sic], tal como lo pudo hacer en junio del año 2018. Sin embargo, el machi ha antepuesto a estos compromisos, su petición de modificar su sentencia, a fin de reemplazar su pena privativa de libertad por la de arresto domiciliario en su rehue [sic], por al menos 4 meses, solicitud que excede la ley y las facultades del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y que adicionalmente fue, como es de público conocimiento, rechazada recientemente por el máximo tribunal del país”, indica parte del comunicado.
Respecto a la huelga seca, el comunicado señala que “lamentamos profunda y sinceramente esta decisión, dado que tanto el gobierno como distintas organizaciones nacionales e internacionales vinculadas a los derechos humanos, hemos puesto todos los esfuerzos por acercar posiciones, comprender sus demandas, abrirnos a aquellas y comprometer acciones que, en el marco del derecho internacional de los derechos humanos fueren posibles, de modo de continuar hacia una plena integración de los estándares internaciones de derechos humanos de las personas privadas de libertad de los pueblos originarios».
¿Qué esperar?
Según un artículo de El Observador, de Uruguay acerca de los efectos de las huelgas de hambre, “el hecho de no ingerir líquidos es lo que hace que la salud de quien realiza una huelga de hambre seca se deteriore más rápido”, según explicó Julia Galzerano, quien integra la comisión de Derechos Humanos del Sindicato Médico del Uruguay (SMU).
“Huelga de hambre sin sólidos hay casos de 60 días o llegan hasta los 100. Se convierte grasas en energía y después el músculo (hace el mismo proceso), pero cuando se pierde el 40% ya se está en riesgo. En huelga seca (sin alimentos ni líquidos), el promedio estadístico es una semana a 10 días como máximo», agregó la profesional.
Fuente original: Interferencia