Lleva más de 4 meses en cuarentena total. Las cifras de contagio indican que no está en una situación peor que otras comunas, como la liderada por Evelyn Matthei. Entonces, ¿por qué siguen confinados? Expertos indican que faltan datos para dar una razón técnica.

La comuna de Santiago entró en cuarentena el pasado 26 de marzo y el alcalde de la ciudad, Felipe Alessandri, había solicitado recientemente que el territorio pasara a la fase 2 del Plan Paso a Paso que estableció el gobierno para el desconfinamiento. Se esperaba esa noticia para ayer miércoles, pero no ocurrió.

En el último reporte Covid-19, el ministro de Salud, Enrique Paris, anunció que a partir de este lunes  Melipilla, Curacaví, Lampa y Providencia, son las comunas de la Región Metropolitana que pasan a la fase de transición, la que contempla el fin de la cuarentena de lunes a viernes. Pero el hecho de dejar fuera a Santiago Centro, causó dudas.

Según el último informe epidemiológico del Minsal, publicado el pasado lunes, Providencia pasó de 95 a 92 casos activos de Covid-19, mientras que Santiago aumentó de 236 a 238. De esta forma, la tasa casos por cada 100 mil habitantes, respectivamente, es de 58,3 y 47,3.

El panorama no parece muy distinto entre las dos comunas, incluso el mismo Paris mencionó ayer durante el reporte diario que ambas son «cifras positivas». Pero a esto agregó que son «en parte diferentes». Entonces entregó sus argumentos para mantener confinado a Santiago Centro.

El ministro pidió «más colaboración a la población» y al alcalde Alessandri. En concreto, mencionó que el comercio ambulante debe ser mejor controlado, que la atención al público en bancos y empresas de telecomunicaciones identifique con claridad dónde tiene que pararse cada persona, como también que todos usen sus mascarillas. No suena a realidades que en Providencia estén ocurriendo de mejor manera.

Junto a esto Paris mencionó que los exámenes PCR en Santiago están por debajo del promedio nacional. Pero no especificó una cifra que dé cuenta, nuevamente, de que la situación es muy distinta a la de la comuna dirigida por la alcaldesa Evelyn Matthei u otros lugares del país.

Asimismo, en entrevista con Radio Bío Bío, el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, argumentó que otro de los motivos es que Santiago colinda con muchas otras comunas. 

¿Cuarentena política?

Santiago es uno de los lugares con las cuarentenas más extensas en el mundo. De cerca, la comuna chilena es superada por Buenos Aires en Argentina, que lleva 140 días aunque con cierta flexibilidad.

Tomando en cuenta los datos anteriores, no deja de llamar la atención la medida sumando el contexto, el cual no es menor. Desde el 18 de octubre, Santiago ha sido el epicentro de las protestas a nivel nacional, estableciendo como límite la Plaza Dignidad, punto colindante con Providencia. 

Ya en abril de este año, INTERFERENCIA informaba de cómo las cuarentenas dinámicas definidas en aquel entonces por el gobierno coincidían con confinar a los lugares en que más se concentraban las protestas.

Ahora, nuevamente en el marco de cuarentenas dinámicas en el Gran Santiago, surge la misma duda. Así lo expresó a nuestro medio Cristián –pidió mantener su apellido anónimo–, consultor de empresas y vecino del Barrio Yungay que vive hace cuarenta años en la comuna.

«Da para pensar porque efectivamente estamos en la comuna que reúne las principales manifestaciones. Hay varios puntos emblemáticos. Además de Plaza Italia, está la zona del metro Universidad de Chile, Metro Los Heroes, República y también Estación Central. Si el tema es por la movilidad y llegada de personas de otra comuna, basta con cerrar la parte del centro cívico, donde están gran parte de las empresas y servicios», dijo.

No es raro pensar que en la ciudadanía hay ganas de protestar. En las últimas semanas han sido frecuentes los cacerolazos en distintos puntos del país, como lo fue ante la aprobación del retiro del 10% de las AFP, el caso de las medidas cautelares contra Martín Pradenas o la situación de los presos políticos mapuche. Yendo más allá, el pasado viernes 31 de agosto, durante la cuenta pública del presidente Sebastián Piñera, en Plaza Ñuñoa se registraron manifestaciones, comuna que había dejado la cuarentena hace tres días solamente.

Dudas epidemiológicas

En conversación con INTERFERENCIA, el epidemiólogo Aníbal Vivaceta, quien participó de Médicos sin Fronteras durante la crisis del ébola en África, insistió en su crítica a la perspectiva del Ministerio de Salud a la hora de enfrentar la pandemia, sobre todo en la política de cuarentenas masivas.

«Hay una mirada tecnocrática que asimila la epidemia a la dinámica de la macroeconomía: Una curva que mueves con medidas macro, pero pierden de vista la dinámica de interacción de las personas. También en la medida que se ha demostrado ineficaz y es, de hecho, cuestionada por países que la aplicaron de maneras más eficaces (Como Noruega y Corea del Sur, y eso que no llegaron a este nivel de restricciones)», dijo.

Respecto de la situación de Santiago y Providencia, el epidemiólogo plantea que «será interesante el otro experimento de ver si hay grandes cambios en la dinámica de contagios a mediano plazo, si se toma la medida desfasada entre ambas comunas». 

Vivaceta, desde que partió la emergencia sanitaria ha sido crítico de las cuarentenas por considerarlas ineficaces si no existen medidas como educar, dar condiciones de higienes y aislar a quienes pueden contagiar. Ya pasada la experiencia de las cuarentenas dinámicas del ex ministro Jaime Mañalich, las cuales no dieron resultado, actualmente ante un panorama similar el especialista hace una analogía:

«Lo actual se puede equiparar a un médico que yerra el tratamiento para un paciente, ante lo cual en vez de preguntarse si sirve, aumenta la dosis. Y por supuesto, el ejemplo de siempre: 100 personas que cruzan Santiago en bicicleta (altísima movilidad en el indicador) tienen menos riesgo que 100 personas que viven en un ghetto vertical en Estación Central y hacen todas sus interacciones en esos espacios confinados y hacinados», señaló.

En tanto, Camilo Bass, presidente del Colegio Médico Santiago, expresó a nuestro medio que uno de los problemas ante la situación actual es, tal como desde el principio, la falta de información por parte del Ministerio de Salud.

«Hay un tema de cómo se toman las decisiones, pueden haber indicadores pero esos no siempre están disponibles para nosotros. Además la calidad de los indicadores también pueden ser cuestionables. Hay dudas con la trazabilidad, no es lo mismo decir tracé a un contacto que trazar a los ocho contactos. Si yo ubico a uno y para mí eso es un 100%, estamos cumpliendo con el indicador pero no con el objetivo. ese tipo de detalles está todavía confuso», manifestó. 

Estas dudas son clave a la hora del desconfinamiento. De igual forma, el médico plantea que hay una interrogante que tampoco tiene respuesta epidemiológica de parte del ministerio: el hecho de que todo el país siga en toque de queda.

Fuente: Interferencia

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