En plena periferia del sector oriente de la capital, un grupo de 17 familias que residen en una toma de terreno se encuentra denunciando que a pesar de que las cajas ya llegaron a las viviendas del lugar, ellos han sido ignorados por el municipio. La situación devela una problemática mucho más profunda, que da cuenta de cómo la crisis del COVID-19 está golpeando especialmente duro a quienes ya se encontraban en una situación de vulnerabilidad.
Una compleja situación denuncian una serie de familias que viven en una toma de terreno ubicada en la ladera del Cerro 18, en la periferia de Lo Barnechea.
La toma denominada “Senda 23” en alusión al nombre de una calle, alberga a unas 17 familias que según su denuncia, no han recibido ni siquiera una caja de alimentos de parte del municipio, a pesar de que esta ayuda ya ha sido repartida en las viviendas del sector. Más aún, estas familias -en las que hay un total 27 menores de edad, además de una persona en situación de discapacidad física y otra en situación de discapacidad mental- sostienen que los alimentos les han sido negados precisamente por vivir en una toma.
“Es discriminación y mucha”
“Hemos visto que en distintas partes todos reciben ayuda, y nosotros no hemos recibido nada. Hemos mandado correos, whatsapp a varios medios, lo único que queremos es llegar a una solución”, dice Melanni Salas (32), una residente de la toma, y madre de tres niños, de 13, 11, y 3 años.
“A nosotros no nos vienen a sanitizar las casas, se hicieron exámenes preventivos en el cerro y a nosotros no se nos hizo por vivir en toma, se repartieron las cajas de alimentación y tampoco llegaron acá“, agrega la mujer relatando lo vivido en estos días.
Melanni denuncia además que en su caso, por ejemplo, “todavía no he podido acceder ningún bono de emergencia, a nada de eso, porque el bono de emergencia tienes que estar en el 60% más vulnerable del Registro Social de Hogares, y yo en eso aparezco que vivo en la casa de mi suegra (porque antes vivía allí), entonces nadie verifica que yo ahora vivo en estas condiciones, y no me lo pueden actualizar porque vivo en una toma“.
“Yo entiendo igual que por protocolo, por regla, por ley o lo que sea, no nos pueden ayudar porque estamos en toma. Pero te creo en un contexto donde era normal, donde podíamos trabajar, y podías por tus propios medios generar dinero, pero ahora como estamos, yo creo que podrían saltarse un poquito ese protocolo y ayudarnos un poco. Porque vivir así es súper difícil”, agrega.
“Vivir aquí no es una decisión”
Melanni explica además que el municipio no ha estado del todo ausente, ya que durante marzo el gobierno comunal se acercó a ellos, porque “querían llevarnos a arrendar, por un año, y varios de nosotros dijimos que sí“, pero que tras una reunión donde se conversó el tema, todo quedó en nada cuando comenzó la pandemia del COVID-19.
“Ellos trataron como de llegar a un acuerdo con nosotros. Nos iban a sacar de donde estamos viviendo a un arriendo, y después nosotros buscábamos nuestra casa definitiva. Pero como pasó todo esto del coronavirus no hubo una segunda reunión“, relata.
En ese contexto, es que desde el municipio les habrían dicho que “por protocolo, no nos pueden ayudar por nosotros ser toma“.
A la precaria situación socioeconómica, se suma el complejo contexto sanitario, ya que las 17 familias comparten un baño, que fue instalado por ellos mismos.
Peor aún, la “cámara de desagüe” que estaban utilizando hasta ahora, se tapó durante estos días, por lo que gran parte de los vecinos estarán sin baño por algún tiempo.
“Imagínate si uno de nosotros se infectara, no tenemos el espacio, ni los recursos, yo aquí no tengo a dónde aislar a uno de mis hijos, ni a mí misma si me enfermo“, dice preocupada Melanni, que insiste en que “esto no es una opción, no estamos aquí porque queramos“.
El Desconcierto consultó respecto de esta situación con el municipio de Lo Barnechea, desde donde respondieron que requieren de un tiempo para investigar los antecedentes y entregar su versión de los hechos.
Fuente: El Desconcierto