Hasta una semana esperando por ingresar a una residencia sanitaria. Así cuentan a El Desconcierto familiares de pacientes que han dado Covid+ y que han visto el aislamiento en estos recintos como la mejor alternativa para proteger a sus familiares, sobre todo por la falta de espacio en sus viviendas. Algo que contrasta con el fluido ingreso del jefe comunal de Las Condes, quien mostró la comodidad del hotel donde pasará la cuarentena en vivo durante un matinal. La diferencia de criterios para obtener este beneficio y la desigualdad en su acceso nuevamente se toma el debate.

La noticia sobre el ingreso del alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, a una residencia sanitaria causó gran revuelo. En un mensaje que difundió a través de su cuenta de Twitter explicó que una persona con la que mantuvo contacto estrecho dio Covid+ y la mejor opción era aislarse en un recinto de este tipo para cumplir la cuarentena.

El jefe comunal rápidamente ingresó a la residencia e hizo un despacho en vivo mostrando las comodidades del recinto  para un matinal de televisión.  “Acá uno no puede salir de la pieza. Son 14 días. Yo debo estar adentro y recibir con mascarilla a la gente que me deja la comida”, comentó haciendo un paseo por la habitación.

La noticia del alcalde enclaustrado en un hotel sanitario, un día después de anunciar su contacto estrecho con un contagiado, generó una serie de interrogantes en personas afectadas por el virus y familiares que llevaban días, incluso semanas, implorando por una derivación debido a causas bastante más complejas que las esgrimidas por el alcalde de Las Condes. 

Es el caso de Daniel Márquez (29) que, según relata su hermana Melissa Márquez a El Desconcierto, se realizó el test PCR y a los dos días le informaron que salió positivo. En ese misma llamada, le dijeron que el Cesfam Norman Voullieme de su comuna, Cerrilllos, se pondría en contacto con él para darle las indicaciones del tratamiento.

Daniel arrienda una pieza donde comparte el baño con personas que viven en otras cinco habitaciones de una casa. Su familia decidió esperar algunos días el contacto desde el centro asistencial, pero llegó el jueves 30 de abril y nadie se comunicó con ellos.  “Cuando llamé les comenté la situación que vive y que, además, sus síntomas estaban muy potentes y cada vez se sentía peor. Imagina nuestra impotencia de no poder hacer mucho más que llevar alimentos y dejarlos en la puerta. Además, no podía decirle a la persona que le arrienda porque tenía miedo a que pudiera echarlo”, relata su hermana.

Fue tanta la desesperación de Melissa que llamó todos los días al Ministerio de Salud y al Cesfam solicitando que se activara la solicitud. Desde este último recibió una respuesta que le pareció una burla, considerando el estado de salud de su hermano: “tiene que seguir esperando”, le dijeron. Nuevamente llamó al Minsal, explicando la situación de su hermano  y le dijeron que habían hecho el levantamiento a la Seremi para residencia sanitaria, porque efectivamente los antecedentes entregados calificaban como un caso para traslado. Pero tampoco la llamaron.

Paralelo a esas gestiones, Melissa consultó directamente a una residencia sanitaria en Maipú para pedir orientación.  Allí le aclararon que no podían hacer nada porque requerían la solicitud del Cesfam. Después de volver a insistir en este último servicio, le aseguraron que se contactarían con ella. “Es que no sabe cuánta gente hay”, le dijeron. En el Minsal dejó un reclamo por el retraso, asegura, y le hicieron nuevamente la notificación a la Seremi.

Melissa explica que contaba con todos los requisitos que solicitaban para la internación en un hotel sanitario, pero ninguna autoridad se hizo cargo de la situación de su hermano que finalmente cumplió los 14 días de cuarentena solo en su habitación, poniendo en riesgo al resto de los arrendatarios que tomaron medidas para no contagiarse.

“¿Imagínate lo hubiesen echado? ¿Cuál es el criterio? Me ofusca ver en televisión que se hable de las residencias como un apoyo directo y de fácil acceso cuando no es así”, indica Márquez.

Un caso similar le ocurrió a Guillermina Canales, una adulto mayor contagiada de 79 años de la comuna de Macul. Como en su casa vive junto a tres personas, su nieto pensó que la mejor opción era trasladarla a una residencia sanitaria. Llamó sin éxito al número informado desde la Seremi, luego escribió al correo [email protected], donde le solicitaron los datos de la persona que necesitaba la residencia. Después de eso, no hubo respuesta.

Recién cuando se le ocurrió interpelar a través de Twitter a la Seremi de la región Metropolitana, el nieto de Guillermina recibió un mensaje de vuelta , una semana después haber enviado el suyo, reconociendo el atraso.  Su abuela, finalmente, no fue trasladada, pese a que contaba con los requisitos, asegura. “Nos respondieron, pero ahora ya no sirve porque va por su segunda semana de cuarentena”, indica Canales.

“Mi abuela ha estado bien, aunque mi mamá y mis tíos siguen haciendo cuarentena, en la medida de lo posible, en la casa donde viven. Otra cosa que ocurrió fue que a ninguno de los contactos estrechos les quisieron hacer PCR. Les dijeron que se fueran a la casa a hacer la cuarentena”, cuenta.

Otro caso conocido por este medio es el de Alexandra Osorio (43) y su hija, ambas funcionarias de salud que fueron contagiadas en su trabajo. Fue esta última quien solicitó la residencia sanitaria, pero nunca obtuvo respuesta desde la Seremi. “Ella tuvo que pasar el aislamiento y la cuarentena en casa con los mismos riesgos que yo”, relata Osorio, explicando que su madre, con quien viven ambas, es adulta mayor, hipertensa, tiene asma, diabetes y cáncer. “Era un riesgo quedarse en la casa”, agrega.

El centro de salud donde ambas trabajan se contactó a través de correo electrónico con la Seremi, al igual que la hija de Alexandra, pero la dirección que aparecía en la página oficial les rebotó. “La verdad es que no sé qué pasó con las gestiones que realizaron desde el centro, pero a nosotros nos rebotaron los correos”, agrega.

Luego de esto, Osorio publicó en Twitter todos los obstáculos que tuvo para acceder a la residencia y, al igual que el caso de Guillermina, la Seremi recién la contactó este miércoles luego de los descargos públicos hechos a través de redes sociales. En la mañana le pidieron la información, asegura, y durante la tarde la llamaron. “Agregaron mis datos a la nómina y [me dijeron] que entre mañana o pasado, me estarán contactando nuevamente, porque ellos envían la nómina a la central”, detalla. Algo que hace pensar en una posible “lista de espera”, situación que demostraría en parte el retraso en los accesos a las residencias.

A los casos anteriores se suma el de Andrea Henríquez (24),  quien solicitó ingresar a una residencia en cuanto le informaron desde la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) que su caso era positivo. “Él médico me dijo que sí, pero no pasó nada. Después, yo llamé a Salud Responde y me dieron un número de celular. Y llamaba y llamaba y no contestaban nunca, entonces me di cuenta que era como un caso perdido estar llamando”, explica.

Andrea, desesperada, decidió solicitar su traslado vía Twitter y fue la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches la que terminó por responder. “Me dijo que mi alcaldesa (Nora Cuevas de San Bernardo) se iba a contactar conmigo, cosa que nunca pasó y todo quedó ahí”, se lamenta. Luego, la contactó la seremi pidiéndole sus datos para comunicarse con ella a la brevedad. Dos días después de la publicación en la red social pudo aislarse en una residencia sanitaria. En total, fueron cuatro días de espera.

Cifras de las residencias

De acuerdo al último reporte entregado por el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, este miércoles, hay 11.960 cupos habilitados para ingresar a las residencias sanitarias de un total de 129 recintos en el país. Hasta ahora, 3.360 personas han sido hospitalizadas en estos hoteles sanitarios. Pese a que existirían todavía cupos disponibles, la demanda habría aumentado durante las últimas semanas.

Detalle del reporte Minsal

Las residencias son administradas en parte por el Minsal y por los municipios. En el caso de Las Condes, por ejemplo, existirían dos bajo su gestión. Pese a la gran cantidad de cupos disponibles, como muestran los informes, se han registrado retrasos que han dificultado el acceso de pacientes confirmados con el diagnóstico del virus.

La razón según el jefe Urgencias de Hospital Félix Bulnes, Allan Mix, sería la falta de coordinación debido a la carencia de un ente centralizado que coordine la información. “La ocupación no necesariamente es homogénea porque son administraciones distintas. Evidentemente hay algunas que tienen que ver con las administraciones municipales y van a depender de las diferencias económicas que tienen los municipios. En ese sentido es más desigual, porque las municipalidades mas acaudaladas tendrían más acceso que aquellas con menos recursos”. Esto explicaría, agrega Mix, las diferencias entre residencias sanitarias. “Algunas son como hoteles cinco estrellas y otras tipo hostales. Algunas incluso se han adaptado como recintos sanitarios. Entonces el estándar de calidad es absolutamente distinto”.

Al ser requeridos por las razones detrás de las prolongadas esperas,  la Seremi de Salud respondió a El Desconcierto que solo tenían un número telefónico habilitado, el mismo que aparece en los informativos difundidos por redes sociales, y que a contar de este miércoles habilitaron una línea 800 726666 porque los requerimientos eran demasiados. Se les consultó, además, a raíz de los casos consultados en este reportaje que aseguraban que fueron incorporados en una nómina, si existía realmente una lista de espera para otorgar los cupos a los pacientes, asegurando que sólo se trataba de un retraso.

Por otro lado, desde el Minsal explicaron que el ingreso de un paciente a una residencia sanitaria depende directamente de la Seremi de cada región, quien evalúa los antecedentes de los pacientes y que, en caso de ser aceptados, ingresan por 14 días.

Los requisitos para ingresar a estos recintos han sido publicados por la autoridad sanitaria , tanto para pacientes comunes como para  funcionarios de salud. En general, según consigna el documento, se debe acreditar que la persona no cuenta con las condiciones para aislarse en su domicilio, debido a la cantidad de personas con las que vive, o bien, si pertenece a una población de riesgo. También acreditar que no tiene requerimiento de hospitalización, poseer una sintomatología compensada; sin dependencia funcional y/o cognitiva.

El protocolo para los funcionarios de salud, en tanto, advierte que no serán considerados casos que no cuenten con los resultados de PCR o que estén a la espera de resultado. Las postulaciones, una vez cumplidos estos requisitos, deben realizarse a través de su jefatura y asistente social del personal.

Fuente: El Desconcierto

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