La revocación de los privilegios comerciales de Hong Kong erosionarían el estatus de la ciudad como centro financiero international, según los expertos.
Hong Kong es uno de los principales centros financieros del mundo. Pero su futuro afronta una creciente serie de amenazas a medida que la ciudad se convierte en un punto crítico en la lucha geopolítica y económica cada vez más enconada entre Estados Unidos y China por la supremacía.
China aprobó el jueves 28 de mayo de 2020 una resolución que impone una nueva ley de seguridad nacional en Hong Kong. La nueva legislación provocó una fuerte condena de muchos hongkoneses y varios gobiernos occidentales. Alegan que la medida tiene como objetivo poner fin a las libertades de Hong Kong disfrutadas bajo la fórmula de «un país, dos sistemas» adoptada cuando regresó al dominio chino en 1997.
«Ninguna persona razonable puede afirmar hoy que Hong Kong mantiene un alto grado de autonomía respecto a China, dados los hechos sobre el terreno», dijo el miércoles el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo. El anuncio preparaba el escenario para la retirada del estado comercial y financiero preferencial que los Estados Unidos otorgan a la antigua colonia británica, anunciada el viernes 29 de mayo por Donald Trump, que ya había prometido una dura respuesta a China.
Problemas económicos
Los observadores temen que Washington pueda revocar una serie de beneficios comerciales y económicos que Hong Kong disfruta actualmente con los Estados Unidos, incluido el reconocimiento, por una ley de 1992, de la ciudad como un territorio aduanero único separado de la China continental. «Para revocar la ley solo se requiere una orden ejecutiva de la Casa Blanca», explica en entrevista con DW Alicia García-Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico de Natixis, un banco de inversión e investigadora principal de Bruegel.
Según los expertos, las medidas que adopte Washington podrían dañar la competitividad de, Hong Kong como centro de exportación y financiero internacional. Todo en un momento en que la economía hongkonesa ya está luchando con los efectos de la pandemia del coronavirus. En el primer trimestre de 2020, la economía se contrajo un 8,9 por ciento, tras entrar en recesión técnica en 2019 como resultado de la disputa comercial entre Estados Unidos y China y de meses de protestas antigubernamentales.
«Se pronostica que la economía de la RAE (Región Administrativa Especial) de Hong Kong se contraerá un 6,6 por ciento en 2020 debido al impacto de la pandemia en sectores clave como el turismo, las exportaciones y el comercio minorista», afirma a DW el economista jefe para Asia y Pacífico en IHS Markit, Rajiv Biswas. «La revocación por Estados Unidos del estado económico especial dpodría plantear un shock negativo adicional sus perspectivas económicas», añade.
«Cualquier sanción es un arma de doble filo que no solo perjudicará los intereses de Hong Kong, sino también significativamente los de Estados Unidos», dijo el jueves el gobierno de Hong Kong, favorable a Pekín. De 2009 a 2018, el superávit comercial de los Estados Unidos con Hong Kong fue el más grande de entre todos los socios comerciales de Washington (de 297.000 millones de dólares). Y 1.300 empresas estadounidenses tienen su sede en la ciudad, recordó.
El territorio continuaría siendo tratado como una zona aduanera independiente por la Organización Mundial del Comercio a pesar de la decisión de Washington, así como por otras instituciones multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Centro financiero clave
China continental tiene amplios controles de capital y a menudo interviene en su sistema financiero, mientras que Hong Kong, un estado de derecho con un poder judicial independiente y unos impuestos relativamente bajos, tiene una de las economías más abiertas del mundo y un gran mercado para el financiamiento de acciones y deudas. Como resultado, las empresas internacionales a menudo usan Hong Kong como base para expandirse a China continental.
China también utiliza los mercados financieros de Hong Kong para atraer fondos extranjeros. «Las compañías chinas son, con mucho, los emisores de dólares más importantes en el mercado offshore de Hong Kong, por lo que la mayor parte de la deuda externa de Hong Kong es en realidad deuda de filiales chinas que operan desde Hong Kong», explica García-Herrero. «Tener acceso a financiación en dólares es clave para que China continúe comprando compañías extranjeras sin restricciones de financiamiento en divisas», agregó.
Sin embargo, el papel crucial de Hong Kong como puerta de entrada para los flujos comerciales y financieros con China continental se ha visto erosionado gradualmente por el rápido crecimiento de los centros financieros de China continental, en particular Shanghái, Pekín y Shenzhen, así como por el proceso de liberalización de los mercados de valores y de deuda de la la China continental, matiza Biswas.
«Aún así, un factor importante que ha continuado apuntalando el papel de Hong Kong como un centro financiero clave para China continental ha sido el dólar de Hong Kong como una moneda totalmente convertible que tiene un cambio fijo frente al dólar estadounidense, ya que el yuan chino no es una moneda totalmente convertible».
Golpe al estatus de la ciudad
En este contexto, la retirada de los privilegios comerciales especiales estadounidenses hacia Hong Kong podría poner en peligro el papel de la ciudad como centro financiero y comercial internacional. «La ciudad perdería el acceso a tecnología estadounidense sensible y se enfrentaría a una mayor amenaza de aranceles estadounidenses», escribió Mark Williams, economista jefe para Asia de Capital Economics, en una nota de investigación. «El daño económico a corto plazo sería manejable, pero aceleraría la erosión del estatus de Hong Kong como centro de negocios internacional», añade.
La pérdida de los privilegios comerciales de Hong Kong también podría significar que sus ciudadanos podrían perder su prerrogativa de visitar Estados Unidos sin solicitar una visa por adelantado, aunque Trump en su anuncio habló únicamente de suspender la entrada de «ciertos ciudadanos» desde China. «Para las multinacionales preocupadas por el impacto en sus operaciones en Hong Kong, el diablo estará en los detalles, tanto en la nueva legislación prevista de la ley de seguridad nacional china como en las medidas que los Estados Unidos pueden decidir tomar», resume el economista Biswas.
Fuente: DW