En Argentina 6 de cada 10 dejó de tener ingresos con el aislamiento. Hubo dificultades para acceder al Ingreso Familiar de Emergencia por falta de documentación o requisitos que las y los excluyen.

La crisis mundial por la pandemia del coronavirus afecta particularmente a quienes están en las economías informales y las poblaciones migrantes de la Argentina están entre los grupos más golpeados. 

El colectivo Agenda Migrante 2020 publicó un estudio que revela que a partir del aislamiento social, preventivo y obligatorio casi el 60% se quedó sin ningún tipo de ingreso y sólo el 8% logró mantener el mismo trabajo.

Otro dato que muestra la precarización de la que son blanco es que antes de la cuarentena sólo el 28% tenía un empleo formal, cuando a nivel general en Argentina el trabajo registrado está arriba del 50%.

Hoy uno de los principales problemas que enfrentan es la dificultad de acceso a políticas sociales: casi el 80% no recibió ayuda estatal de ningún tipo durante la cuarentena por falta de documentación o requisitos que los excluyen.

En Rosario la situación se replica. Desde la Municipalidad dan asistencia alimentaria a 300 migrantes de otros países a través de organizaciones sociales y de cada colectividad. También lo hacen con organizaciones barriales que tienen comedores que dan respuesta a demandas de la migración interna, sobre todo de pueblos originarios. Más allá de la ayuda estatal, desde la Fundación Migra de Rosario explican que en este período es fundamental la solidaridad de distintos sectores de la sociedad para dar contención a esta población.

Muchas veces se habla sobre cómo el trabajo migrante sostiene economías como las de Estados Unidos o Europa y cómo esa mano de obra no es valorada en igualdad de derechos. En Argentina el mismo fenómeno se repite aunque de una manera más invisible. El aislamiento social, preventivo y obligatorio puso en evidencia la precarización, más aun en los trabajos esenciales como los servicios de mensajería y cadetería a través de aplicaciones, que en gran parte hacen personas de otros países. Pero lejos de las ciudades, la mano de obra migrante también existe y sostiene el 80% de la producción de frutas y verduras del país, según un relevamiento del Inta.

“Con la pandemia los migrantes atraviesan una situación en la que sus problemáticas están invisibilizadas. En muchos casos, están más complicados que los argentinos porque no tienen redes de contención familiar, emocional y económica.

El hecho de estar desarraigado de tu lugar de origen hace que te encuentres en mayor vulnerabilidad. Para muchos se suma la cuestión idiomática”, explicó Paula Carello, presidenta de la Fundación Migra, una organización que se dedica a los problemas de migrantes y refugiados que viven en Rosario. Desde que empezó la pandemia, 20 voluntarias y voluntarios de la organización asisten a 80 personas que quedaron en situación crítica por el aislamiento.

Carello contó que con la cuarentena registraron una serie de problemas que van desde las dificultades para acceder a ayudas sociales hasta la necesidad de contención psicológica.

“En el caso de las y los extranjeros, sólo pudieron acceder al Ingreso Familiar de Emergencia quienes tienen residencia legal desde hace dos años. Hay personas que están hace 20 años en el país, no tienen residencia y se quedaron sin ningún ingreso. Incluso no pueden sacar un permiso de circulación sin DNI. También hay otras que tienen todos los papeles pero que le rechazaron el trámite”, explicó. Además, tuvieron inconvenientes de acceso al sistema bancario porque muchas entidades no abren una cuenta con una residencia en trámite.

A eso se suma la precariedad laboral. “Muchas personas inmigrantes trabajan en el mercado informal y se ven más afectadas en este contexto de crisis. También hay empleados registrados a quienes sus patrones no les están pagando, como en el rubro de la construcción. A lo que se agrega que el racismo, la discriminación y la xenofobia se agrava en este contexto”, dijo Carello y puso el ejemplo del accidente de tránsito en el que falleció un joven haitiano que trabajaba en Pedidos Ya. “Hubo un mal tratamiento mediático. Denunciamos al Inadi cómo se reportó el caso, tanto en algunos medios como en los comentarios xenófobos en las notas de usuarios, que no deberían ser publicados porque promueven el racismo y la discriminación”, agregó.

Desde la Fundación Migra trabajan también en la contención emocional en épocas de pandemia con un espacio de atención psicológica para población migrante y refugiada. “Han llegado demandas de mucha gente que la está pasando mal porque están preocupados por su familia en países de origen. Algunos tienen casas en sus países de origen que quedaron abandonadas y tienen miedo por lo que pueda pasar con sus pertenencias”, contó Carello.

A las problemáticas se suma el tema educativo y el acceso a los materiales publicados por el Ministerio de Educación provincial. Según Carello, los cuadernillos no llegaron a todas las escuelas: “Los docentes envían la tarea por alguna vía electrónica pero muchos no tienen conectividad o no pueden imprimir porque no tienen recursos económicos. Desde Migra conseguimos impresiones a bajo costo o donadas para resolverlo”.

Ayuda alimentaria

Una de las políticas que llegó a la población migrante de Rosario es la ayuda alimentaria, primero con el municipio y desde la semana pasada junto al gobierno provincial. La asistencia con bolsones de comida llega a 300 migrantes a través del Banco de Alimentos de Rosario y de la Campaña Contagiemos Solidaridad. “Es una entrega de alimentos a familias más vulnerables. Cubre la cuestión alimentaria. Los productos de salubridad no están incluidos y los estamos tratando de cubrir con donaciones particulares”, explicó Carello y agregó que lo mismo hacen con las personas celíacas, ya que no están cubiertas en los bolsones.

El secretario de Desarrollo Social de Rosario, Nicolás Gianelloni, explicó que están dando asistencia alimentaria a 300 migrantes, tanto en vínculo con la Fundación Migra como con organizaciones de cada colectividad. “Dentro de la estrategia de asistencia social desplegada por la pandemia de coronavirus la ayuda alimentaria se garantiza de manera universal a través de los mecanismos que ya tenía el municipio con los comedores barriales. Pero también aparece una estrategia inédita y extraordinaria con poblaciones que normalmente no necesitan ayuda alimentaria y que hoy están en situación crítica por el tipo de trabajo que hacen vinculados a economías informales. Muchos migrantes se vieron afectados a partir de que se prohibieron actividades de comercialización en la vía pública y empezaron a articular con las organizaciones que ya vienen trabajando con esta población a través del Banco de Alimentos. Muchas personas también llegaron de manera individual al Banco”, explicó el funcionario.

Y agregó que se suma la población migrante interna que asiste a los distintos comedores barriales, integrada por pueblos originarios. “En muchos barrios tienen comedores propios con los que estamos trabajando. También se intervino con personas que tenían que regresar o ir hacia su lugar de origen. Más allá de los casos individuales, que los atendemos, creemos en que es fundamental el vínculo con las organizaciones, por eso trabajamos articuladamente con ellas”, dijo.

La representante de Migra aclaró que las asistencias alimentarias del municipio y la provincia a la población migrante son sin distinción de estatus o condición migratoria. “Esto es muy importante de destacar porque, en este contexto, muchas personas migrantes en situación de vulnerabilidad que no pudieron acceder al IFE están pudiendo al menos beneficiarse de un acompañamiento alimentario”, dijo.

Para Carello, uno de los factores fundamentales para enfrentar los problemas de la población migrante en Rosario es la solidaridad: “En este tiempo recibimos muchos apoyos particulares, como las Pymes, supermercados y personas que dan ayuda. Hasta medicamentos que no están en farmacias hemos conseguido por la solidaridad de la gente. Es importante que la sociedad siga ayudando de la manera que pueda”.

Cómo afecta la pandemia a las y los migrantes en números

Agenda Migrante 2020 es un colectivo formado por Amnistía Internacional, el Centro de Estudios Legales y Sociales, la Campaña Migrar no es Delito y otras cien organizaciones que trabajan con migrantes en la Argentina, entre las que está Fundación Migra. Apenas comenzó el aislamiento, publicó un estudio que midió la situación de las y los migrantes desde la llegada del coronavirus al país y buscó reunir información para incidir en las políticas públicas implementadas durante la pandemia. Este viernes, el colectivo difundió un segundo informe que aparta más información sobre esta población.

Uno de los principales datos es que 6 de cada 10 migrantes se quedaron sin ingreso en cuarentena. El informe agrega que la mayoría de quienes perdieron el empleo por la pandemia tenía menos de dos años en el país. Este dato es fundamental si se piensa que uno de los requisitos para tramitar el Ingreso Familiar de Emergencia es tener una residencia legal en el país de no menos de dos años. Cabe aclarar que durante la gestión de Cambiemos la tramitación de la residencia tuvo mayores complicaciones y trabas, sobre todo para países que no integran Mercosur.

Otro de los indicadores medidos fue el grado de formalidad en el trabajo. Antes del aislamiento sólo el 28% tenía un empleo formal, el 28,3% tenía trabajos esporádicos, el 26,5 estaba en negro y el 17% estaba desocupado.

Con la cuarentena la situación no sólo empeoró sino que no hubo una llegada efectiva de políticas públicas. Según la encuesta, el 79% no accedió a ninguna ayuda social. Uno de los factores que explica la dificultad es la falta de documentación. El 29% no tiene, está tramitándola o cuenta con una residencia precaria.

Además, el segundo informe reveló que el 75% trabaja en changas, de manera informal o no trabaja y se agregan las dificultades habitacionales: el 81% tiene que pagar alquiler y un 28% indicó haber tenido problemas para hacerlo desde que se inició el aislamiento.

Fuente: Cosecha Roja

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